sábado, 21 de diciembre de 2013

5 situaciones en las que un coach podría ‘salvarte la vida’

Publicado el 17 diciembre 2013 by wellcomm

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En los últimos años, los medios de comunicación han contribuido a popularizar el 
coaching y a los coaches, aunque a costa de transmitir una imagen frívola y 
desvirtuada de sus funciones y de la aportación positiva que pueden 
generar sobre personas y organizaciones.
Un coach no es ni un gurú, ni un predicador, ni un imán, ni una persona
a la que podamos atribuir poderes excepcionales. En efecto, un coach 
es un profesional formado y entrenado para ayudar a otras personas, 
a los profesionales y a las empresas a identificar y alcanzar sus 
propios objetivos, con base en conocimientos, metodologías
y técnicas específicas.
En síntesis, un coach puede servirnos para identificar nuestras metas,
acotarlas, definirlas, a la vez que nos ayuda a desplegar nuestros 
propios recursos y potencialidades. El objetivo final será llegar al punto 
de destino deseado, tomando como base las decisiones del cliente o 
destinatario de los servicios de coaching.
Para no generar confusiones, insistiremos de nuevo: un coach no es un 
‘conseguidor’, no es alguien que viene a ‘hacer nuestro trabajo’, a ocupar 
nuestro lugar ni a ahorrarnos esfuerzos.
Un profesional del coaching nos acompañará y creará un espacio de
comunicación y colaboración que puede ser de extrema utilidad para
maximizar nuestro talento, impulsar el potencial personal y profesional, 
y llegar con mayor facilidad a nuestros objetivos. Eso si, la toma de decisiones,
el esfuerzo y la superación tendrá que aportarla el cliente, aunque sustentado 
en una valiosa ayuda profesional que le permitirá hacer crecer su rendimiento
y explorar nuevos territorios y talentos aún por descubrir.
¿En qué situaciones nos puede resultar útil la ayuda profesional de un coach? 
Sin duda, son muchos los supuestos en los que el trabajo técnico y el compromiso
personal y profesional de un coach pueden ser de impagable valor. Citaremos los casos más característicos:
  • Me he quedado sin empleo y no sé por dónde empezar: cuando, tras un prolongado período de actividad, un profesional de la comunicación pierde su empleo o fracasa en su proyecto de emprendimiento, el coach es el profesional más indicado para guiar y acompañar en el proceso de reinserción en el mercado laboral.
  •  Problemas de clima laboral: en ocasiones, una o varias personas padecen períodos caracterizados por el conflicto o por las relaciones insatisfactorias con sus compañeros/as de trabajo, con sus jefes o, en definitiva, con el entorno laboral en el que se desempeñan. La ayuda individualizada y/o colectiva de un coach puede representar una poderosa fuerza para ayudar a los actores implicados a encontrar soluciones prácticas y efectivas.
  • La motivación se marchó: en aquellos casos en los que sientes desinterés por tu trabajo y cada jornada laboral se convierte en una insidiosa rutina, tu coach podrá impulsarte a encontrar la mejor solución. Repetimos, ello te activará y te orientará, pero no te librará de los inevitables sacrificios y esfuerzos de un proceso así.
  • Necesito crecer y no sé cómo: en situaciones tan habituales como esta, las técnicas de Coaching te acompañarán, apoyarán y potenciarán tus competencias personales y profesionales. Sentirás como la confianza en ti mismo y la capacidad para asumir nuevos retos se fortalece de forma sólida y consistente. Conseguirás ahuyentar posibles temores o inhibiciones que te impidan poner en juego todo tu potencial.

  •  Tengo talento, pero no sé dónde lo dejé guardado: es posible que tu trayectoria como estudiante o como profesional te haya aportado indicios claros de que posees talento profesional, poder de comunicación y capacidad de liderazgo. Sin embargo, a la hora de la verdad, no te ves capaz de demostrarlo. Ya llevas unos años de carrera profesional y te sientes estancado y poco valorado, no acabas de progresar ni encontrar responsabilidades o proyectos a tu medida. Todo ello te lleva a dudar de tu talento y a inhibirte de posibles nuevas iniciativas. Tienes miedo. A pesar de tener talento, te has vuelto gris y conservador. Dalo por hecho, necesitas un coach.

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