domingo, 26 de enero de 2014

La zona de confort: ¿salgo o me quedo?

Por: Mari Carmen Nevado.
Mi zona de confort La zona de confort: ¿salgo o me quedo?Seguramente hayas escuchado o leído en algún sitio este término: ‘’la zona de confort’’. Es un término que está muy de moda actualmente porque es utilizado por muchos psicólogos y coach y además es un tema bastante difundido en Internet y las Redes Sociales. Pero si no es tu caso, y nunca has oído hablar sobre lo que significa la zona de confort, no te preocupes, vamos a revisarlo en seguida.

No vayas a interpretar ‘’zona de confort’’ como el cómodo sofá de tu casa, la confortable silla desde donde posiblemente estás leyendo este artículo o  el esponjoso sillón de tu habitación. No, eso no es la ‘’zona de confort’’ aunque lo parezca.
Tu zona de confort es un concepto más amplio que abarca distintas áreas de tu vida, es, de hecho, tu propia vida. Es el medio donde nos desenvolvemos día a día: nuestra casa, el camino habitual para ir a clase o al trabajo, el modo de relacionarnos con familia, amigos o pareja, son nuestras ilusiones y objetivos… Y se llama zona de confort porque es el medio al que estamos acostumbrados, el lugar y las circunstancias que hemos elegido (o nos ha tocado) para vivir, un entorno en el que nos sentimos cómodos, en el que más o menos tenemos controlado lo que va a ocurrir y aquello que es poco probable que ocurra. Digamos que la ‘’zona de confort’’ nos proporciona una cierta estabilidad y calma en nuestro día a día, hecho que para algunos es lo mejor que podría sucederles y para otros, desgraciadamente, es una rutina que vuelve gris sus vidas y les consume lentamente porque creen que no les deja evolucionar.
Como antes mencionaba, últimamente vengo observando que la ‘’zona de confort’’ es un término muy utilizado hoy en día y es por ello el motivo de este artículo.
Como psicóloga  está en mi forma de ser y en mi labor profesional promover cambios en las personas para que logren encontrarse y sentirse mejor con ellas mismas, pero claro, siempre y cuando éstas deseen verdaderos cambios en sus vidas o sientan que algo en su día a día no marcha bien. Por ello este artículo denota cierta crítica respecto a la tendencia que parece que existe hoy en día en tener que salir, casi por obligación, de nuestra zona de confort.

Cuándo salir de la zona de confort

Salir de nuestra ‘’zona de confort’’ va a depender de los motivos que tengamos para querer cambiar, es decir, la motivación.
A modo de ejemplo: una persona que esté a gusto con la vida que lleva y con los logros que ha conseguido, con las personas de su entorno o el lugar donde vive, y encuentre que lleva una ‘vida plena’, obviamente no querrá ni tendrá por qué salir de su zona de confort. Es feliz, se siente feliz. Por lo tanto, una persona que se sienta así no necesitará salir de su zona de confort por mucho que nos empeñemos en que salir de la zona de confort trae muchos cambios y que los cambios son buenos. No nos equivoquemos, si una persona es feliz y se siente plenamente satisfecho de su vida, ¿para qué cambiarla?.
Por el contrario, una persona que sienta que su vida es cúmulo de insatisfacciones, que todavía le queda mucho por vivir y por hacer o que simplemente no encuentra en el lugar donde vive aquello que necesita para ‘’echar a volar’’ o lograr la vida que siempre ha soñado, si deberá plantearse cambiar ciertos aspectos de su día a día y salir de su zona de confort para encontrar aquello que busca.
Pero eso tenemos que decidirlo nosotros mismos, individualmente, y dejar a los que conocemos que lo decidan, no imponer cambios a los demás a modo de ‘’salvadores’’ cuando ni siquiera nosotros mismos seríamos capaces de hacerlos.

¿Qué motivos contribuyen a querer salir de la zona de confort?

Muchos. Muchos son los motivos que pueden llevar a una persona a salir de su zona de confort, y ahora que ya habéis comprendido un poco mejor qué es la zona de confort, seguro que se os ocurren muchas razones por las que una persona desea cambiar su vida.
Si, la crisis económica. La situación social, económica y laboral que vivimos hoy en día está provocando el aumento de las enfermedades mentales y de las insatisfacciones personales porque cada vez hay más personas desempleadas que necesitan un trabajo, los jóvenes necesitan saber no sé cuántos idiomas y tener una formación muy extensa y un largo etcétera que fomenta el ‘’tener que hacer algo’’ por conseguir, ya no digo un futuro estable (que cada vez parece ser más difícil), sino una vida de la que seamos nuestros propios dueños y en la que nos sintamos plenos.
Éxito laboral o académico. Las personas que por su trabajo o nivel de estudios, necesitan crecer o expandirse, también sienten la necesidad de salir de su zona de confort, aunque esto implique cambiar de residencia o incluso de país. Unas lo harán con gusto, otras, casi por obligación.
Estos tan sólo son algunos motivos por los que alguien sienta que debe salir de su zona de confort, obviamente habrá más y van a depender de la situación personal de cada persona.

 ¿Qué hago? ¿Salgo o me quedo donde estoy?

Mi recomendación como psicóloga es que primero te mires a ti mismo/a. Que analices dónde estás, por qué estás ahí y dónde quieres estar.
Si encuentras que eres feliz con la vida que llevas, ¡enhorabuena! Tu zona de confort es la ideal, eres dueño de ti mismo/a, feliz, y posiblemente contagies ese espíritu a los que te rodean.
Si por el contrario crees que llevas una vida monótona, estás insatisfecho o insatisfecha con tu vida y crees que necesitas cambios importantes en tu día a día para ser feliz, analiza qué crees que es lo que debes cambiar, por qué y durante cuánto tiempo, y ponte manos a la obra. Solo tu eres capaz de decidir si algo va mal y es necesario que se cambie. Y cuando lo decidas, adelante, no te rindas, busca apoyo y bienestar en los recursos que ya tienes y en las personas que te rodean.
Pero sobretodo, tanto si estás en el grupo de los que no quieren salir de su zona de confort, como en el grupo de los que no deben dejar para más tarde el salir de ella, aprovecha cada minuto del día para ser feliz, disfrutar de las pequeñas satisfacciones del día a día, de tu familia, de tus amigos, y nunca olvides que las personas tenemos una capacidad casi innata para mejorar en todo aquello que nos propongamos.
Por: Mari Carmen Nevado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario