jueves, 27 de febrero de 2014

PNL PARA LIDERES - Qué es la PNL y para qué sirve

¿Quieres saber las claves para llevar una vida sin límites?

Este audio te enseña lo que es la PNL y cómo la puedes utilizar para mejorar tu vida.


miércoles, 26 de febrero de 2014

EL efecto de tu marca personal

Publicado por: Pablo Adán Micó (19/02/2014)

Es muy posible que una de las definiciones más acertadas de lo que significa la marca personal sea “es el aroma que dejamos en los demás”. Al fin y al cabo las marcas no las posiciona quien las crea, sino el público que las convive tal y como las percibe.
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Se antoja pues de gran relevancia conocer ese EFECTO del que nos habla Sonia González en su libro del mismo nombre.
Debemos descubrir pues ese EFECTO que causamos en los demás para potenciarlo –si es que se asemeja a lo que pretendemos transmitir como personas, o corregirlo –si se encuentra lejos de nuestras intenciones.
Pero intenciones no son realidades. Si nohay correspondencia entre lo que soy y lo que los demás perciben que soy, hay crisis de identidad.
Puedes mejorar muchas facetas  de tu marca: aptitudes, conocimientos, cualidades, valores…. pero esta es la final y decisiva clave como marca. Podemos causar muchos tipos de efecto como marcas personales:
-       Confianza, lealtad.
-       Motivador.
-       Inspirador, guía.
-       Emprendedor.
-       Solidario, comprometido.
-       Etc
No estaría de más que fuéramos capaces de articular una serie de herramientas que nos ayudaran a descubrir ese efecto. Muchas de ellas ya forman parte de la lista de dinámicas de grupo y de rol play en campos como la comunicación personal, la asertividad e incluso en auditorías de recursos humanos, por ejemplo:
-       Hablar en ausencia.
-       Mi argumento de vida.
-       Autobiografía.
-       Mi rol, mi desempeño.
-       Feedback 360º.
-       Mi filosofía.
-       La rueda de la vida.
-       Etc
Sea cual sea su nombre, origen y aplicación, debemos escuchar a los demás y escucharnos a nosotros mismos. Debemos ser curiosos con nosotros, críticos y exigentes.
Y sobre averiguar si generamos algún efecto en los demás… y qué efecto producimos. Es, en cierto modo, el principio y el final para todo lo demás.

martes, 25 de febrero de 2014

10 consejos para mantener la calma cuando todo va mal

mantener la calma 10 consejos para mantener la calma cuando todo va mal
Hay ocasiones en las que parece que todo va mal. Como reza el refranero español “las desgracias nunca vienen solas” y muchas veces sentimos que eso se confirma en nuestras vidas.
Pero no todo va mal, hay algo que va bien, y es que tú sigues siendo tú mismo, sigues teniendo un cerebro que puede ayudarte a solucionar o controlar, al menos en parte, la situación que estás viviendo. Perder la calma no es una opción, es necesario mantenerse tranquilo y relajado en la medida de lo posible y mantener la cabeza fría.
Para eso aquí van algunos consejos para que puedas poner en práctica cuando sientas que todo va mal, léelos con tranquilidad e intenta llevarlos a cabo.

1. Identifica las señales de tensión en tu cuerpo

Será importante que te fijes en qué te dice tu cuerpo cuando estás ante una situación complicada. Es posible que sientas cómo se tensan los músculos, cómo se acelera tu respiración o tu corazón o, incluso, cómo sube tu temperatura corporal.
Cada persona tiene unas señales diferentes. Debes saber identificarlas cuando aparezcan para estar preparado para poder llevar a cabo los consejos siguientes.

2. Respira hondo

El control de la respiración es indispensable para mantener la calma. Cuando estamos bajo presión, con un alto nivel de estrés, respiramos más superficialmente ya que el cuerpo está preparado para el ataque o la huida.
Concéntrate en la respiración e intenta que sea más profunda y más calmada. Haz una inspiración profunda, aguanta el aire unos 5 segundos y expúlsalo lentamente. Repítelo tantas veces como sea necesario y verás cómo las señales de tensión de tu cuerpo se van reduciendo.

3. Concéntrate en otra cosa

Ante las situaciones complicadas, muchas veces nos encontramos con que no podemos parar de pensar continuamente en ello, e intentamos evitarlo, pero cuanto más lo evitamos, más nos viene a la mente. ¡No pienses en un elefante rosa! Y aparece como por arte de magia en tu cerebro. Intentar no pensar en algo es pensar en ello.
Así que no intentes no pensar en el problema, simplemente, concéntrate en otra cosa. Visualiza un paisaje en tu mente, escucha música, mira por la ventana, conéctate a internet y mira vídeos de gatitos o coge un buen libro de esos que enganchan y lee.

4. Muévete

rabia 10 consejos para mantener la calma cuando todo va malActivar tu cuerpo físicamente hará que toda la energía y la tensión que has detectado en tu cuerpo se concentre en una actividad productiva.
Salta, baila, practica golpes de boxeo (contra un objeto no animado, por favor), corre, haz natación o simplemente sal a caminar. La actividad físicacalma la ansiedad y relaja el cuerpo y la mente.

5. Mastica un chicle

Para muchas personas comer es una solución para rebajar los niveles de estrés o de nervios. Como no queremos solucionar un problema y crearnos otro (depende de lo que comas puedes acabar con tu dieta en un momento), lo más recomendable es mascar un chicle sin azúcar.
Para que funcione mejor debes hacerlo de forma consciente, haz mordidas lentas, saboreando el gusto del chicle y notando cómo este se mueve por tu boca. Con este ejercicio, además, estarás focalizando tu atención fuera del problema.

6. Juega

Seguro que hay algún juego que te gusta: un solitario de cartas (real o virtual), un videojuego que te permita tener la mente en blanco (a mí me funciona muy bien el mítico Tetris), un juego de grupo en el que tengas que correr (aunque parezca un juego de niños, el pilla-pilla es un juego muy divertido que te hace estar activo y reír al mismo tiempo)…
Da igual el juego que elijas, pero juega. Jugar nos conecta con nuestra infancia y nos relaja porque es un momento en el que nos dedicamos a nuestro disfrute y placer y conseguimos olvidarnos de lo que nos ocupa durante un rato, al menos.

7. Utiliza el sentido del humor

Siempre. El sentido del humor es básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones complicadas todavía más, intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que se relajen las tensiones. No es fácil, pero se puede conseguir.
Por ejemplo: piensa qué pasaría si hubiera una cámara grabándote y fueras el protagonista de una serie de humor. Todo esto que te está pasando ahora formaría parte de un guión humorístico, seguro que serás capaz de sacarle el punto divertido. Ríete de ti mismo.

8. Tómate un tiempo para responder

Has identificado que tu cuerpo está en tensión, que tu corazón está acelerado, pero no puedes huir de la situación por el motivo que sea. Bien, sobretodo, no respondas. Ahora no. Ahora tu cerebro está bajo la influencia directa de un montón de neurotransmisores alterados por el estado de tensión en el que estás.
Permítete tomarte un tiempo (sean 5 minutos o 5 días) para dar una respuesta o una solución a la situación. A medida que pasen los minutos, las horas, los días, será mucho más fácil pensar objetivamente y encontrar la mejor manera de resolver la situación.

9. Habla con alguien que no tenga nada que ver con la situación

A veces hablar con alguien que no sólo no tenga nada que ver con la situación, sino que desconozca el tema o a las personas que forman parte de él, es una buena manera de llegar a alguna conclusión.
Puedes llamar a un amigo que no esté implicado en la situación, hablar con un familiar o bien acudir a un profesional. Todos ellos te podrán dar puntos de vista externos que te podrán ayudar a sobrellevar mejor la situación.

10. Piensa qué haría alguien a quien admiras

Si nada de lo anterior te ha servido para mantener la calma, prueba con esto. Piensa en aquella persona que crees que siempre está calmada, aquella persona que a pesar de los reveses de la vida siempre tiene una sonrisa en la cara. ¿La has localizado? Bien, pues piensa qué haría ella en esta situación. ¿Cómo actuaría? ¿Qué diría? ¿Qué pensaría?
Ahora hazlo tu. Actúa, habla y piensa como lo haría esa persona, verás que las cosas son más fáciles así.

Y cuando haya pasado el momento crítico…

  • succeed 10 consejos para mantener la calma cuando todo va malFelicítate por haber mantenido la calma: lo has hecho bien, y la próxima vez lo harás mejor.
  • No guardes rencor: no vale la pena. Lo hecho, hecho está, y el rencor sólo te llevará a sentirte mal por más tiempo. Cuanto antes pases página, mejor.
  • Reflexiona sobre lo que has aprendido de ti mismo: mantener la calma exige un gran conocimiento de uno mismo, y un gran autocontrol, todo esto lo has aprendido gracias a esta situación complicada que te ha tocado vivir. Reflexiona sobre lo que has aprendido y aplícalo en la próxima ocasión que tengas la oportunidad de hacerlo.

lunes, 24 de febrero de 2014

30 COSAS QUE DEBES DEJAR DE HACERTE A TI MISM@


Desde:http://futyan.com/archives/6231

GRACIAS A INMA RIVERO CRESPO por la recomendación.



Como Mary Robinson dijo una vez: “Nadie puede volver atrás y comenzar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y hacer un nuevo final.” Nada podría estar más cerca de la verdad. Pero antes de poder iniciar este proceso de transformación tienes que dejar de hacer las cosas que te han estado deteniendo.

1. Deja de gastar el tiempo con las personas equivocadas. – La vida es demasiado corta para pasar tiempo con personas que te quitan la felicidad. Si alguien te quiere en su vida, harán espacio para ti. No deberías tener que luchar por un lugar. Nunca, nunca insistas en alguien que constantemente pasa por alto tu valor. Y recuerda, no es la gente que está a tu lado en tu mejor momento, sino los que están a tu lado en tu peor momento, tus verdaderos amigos. Como dijo J.F. Kennedy: “El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano”.

2. Deja de huir de tus problemas. – Enfréntalos con la cabeza en alto. No, no será fácil. No hay persona en el mundo capaz de manejar a la perfección cada golpe que le arrojan. No se supone que somos capaces de resolver problemas al instante. Así no es como estamos hechos. De hecho, estamos hechos para enojarnos, ponernos tristes, sentir dolor, tropezar y caer. Porque ese es todo el propósito de la vida – enfrentar los problemas, aprender, adaptarse, y resolverlos en el transcurso del tiempo. Esto es lo que en última instancia, nos convierte en la persona que llegaremos a ser.

3. Deja de mentirte a ti mismo. – Puedes mentirle a cualquiera en el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo. Nuestras vidas mejoran solamente cuando tomamos las oportunidades, y la primera y más difícil oportunidad que podemos tomar es ser honestos con nosotros mismos.

4. Deja de poner tus propias necesidades en un segundo plano. – La cosa más dolora es perderte a ti mismo en el proceso de amar a alguien demasiado (tu pareja, tus padres, tus hijos, tus hermanos), y olvidar que también eres especial. Sí, ayuda a los demás, pero ayúdate a ti mismo también. Si alguna vez hubo un momento para seguir tu pasión y hacer algo que te importe a ti, ese momento es ahora.

5. Deja de intentar ser alguien que no eres. – Uno de los mayores desafíos en la vida es ser tú mismo en un mundo que está tratando de hacerte igual a todos. Siempre habrá alguien más guapa, siempre habrá alguien más inteligente, siempre habrá alguien más joven, pero nunca serán tú. No cambies para gustarle a la gente. Sé tú mismo y a las personas correctas les encantará el verdadero tú.

6. Deja de aferrarte al pasado. – No puedes comenzar el siguiente capítulo de tu vida si sigues releyendo el último.

7. Deja de tener miedo a cometer un error. – Hacer algo y hacerlo mal es por lo menos diez veces más productivo que hacer nada. Cada éxito tiene una estela de fracasos detrás de él, y cada fracaso está conduciendo hacia el éxito. Terminas lamentando las cosas que no hiciste mucho más que las cosas que hiciste.

8. Deja de reprenderte por los errores del pasado. – Se puede amar a la persona equivocada y llorar por las cosas equivocadas, pero no importa cómo las cosas van mal, una cosa es segura, los errores nos ayudan a encontrar a la persona y las cosas que son perfectas para nosotros. Todos cometemos errores, tenemos luchas, e incluso lamentamos las cosas en nuestro pasado. Pero tú no eres tus errores, no eres tus luchas, y estás aquí AHORA con el poder de dar forma a tu día y tu futuro. Cada cosa que ha ocurrido en tu vida te está preparando para un momento que está por venir.

9. Deja de intentar comprar la felicidad. – Muchas de las cosas que deseamos son caras. Pero la verdad es que las cosas que realmente nos satisfacen son totalmente gratis – el amor, la risa y el trabajo en nuestras pasiones.

10. Deja de mirar exclusivamente a los demás para ser feliz. – Si no estás feliz con lo que eres por dentro, tampoco serás feliz en una relación a largo plazo con nadie. Tienes que crear la estabilidad en tu propia vida antes de poder compartirla con alguien más.

11. Deja de ser inactivo. – No pienses demasiado o crearás un problema que ni siquiera estaba allí en primer lugar. Evalúa las situaciones y toma medidas decisivas. No puedes cambiar lo que te rehúsas a confrontar. Avanzar implica un riesgo. ¡Punto! No puedes llegar a la segunda base con el pie en la primera.

12. Deja de pensar que no estás listo. – Nadie se siente 100% listo cuando surge una oportunidad. Las oportunidades más grandes en la vida nos obligan a crecer más allá de nuestras zonas de confort, lo que significa que no nos sentiremos totalmente cómodos al principio.

13. Deja de involucrarte en relaciones por las razones equivocadas. – Las relaciones deben ser elegidas con prudencia. Es mejor estar solo que estar mal acompañado. No hay necesidad de precipitarse. Y esto se puede trasladar a todo tipo de relación, ya sea personal, laboral o profesional. Si hay algo que está destinado a ser, va a suceder – en el momento adecuado, con la persona adecuada, y por la mejor razón. Enamórate cuando estés listo, no cuando estés solo.

14. Deja de rechazar nuevas relaciones sólo porque las antiguas no funcionaban. – En la vida te darás cuenta de que hay un propósito para todos los que conoces. Algunos te pondrán a prueba, algunos te utilizarán y algunos te enseñarán. Pero lo más importante, algunos sacan lo mejor de ti.

15. Deja de intentar competir contra todos los demás. – No te preocupes por lo que otros hacen mejor que tú. Concéntrate en vencer tus propios records cada día. El éxito es una batalla entre tú y tú mismo solamente.

16. Deja de estar celoso de los demás. – Los celos son el arte de contar las bendiciones de otra persona en lugar de las tuyas propias. Pregúntate lo siguiente: “¿Qué es algo que yo tengo y que todos los demás quieren?”

17. Deja de quejarte y sentir lástima por ti mismo. – Las curvas de la vida existen por una razón – para cambiar tu trayectoria en una dirección que está destinada para ti. No puedes ver o entender todo lo que ocurre en un momento, y puede ser difícil. Sin embargo, reflexiona sobre las curvas negativas lanzadas sobre ti en el pasado. A menudo verás que con el tiempo te llevaron a un mejor lugar, persona, estado de ánimo o situación. Así que ¡sonríe! Que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y lo serás.

18. Deja de guardar rencores. – No vivas tu vida con odio en tu corazón. Vas a terminar perjudicándote a ti mismo más que a la gente que odias. El perdón no está diciendo: “Lo que me hicieron está bien.”, está diciendo: “Yo no voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi felicidad por siempre.” El perdón es la respuesta… deja ir, encuentra la paz, libérate a ti mismo. Y recuerda, el perdón no es sólo para otras personas, es para ti también. Si debes perdonarte a ti mismo, sigue adelante y trata de hacerlo mejor la próxima vez.

19. Deja de permitir que otros te bajen a su nivel. – Niégate a bajar tus estándares para dar cabida a aquellos que se niegan a elevar los suyos propios.

20. Deja de perder el tiempo explicando a los demás. – Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos no van a creer de todos modos. Sólo haz lo que sabes en tu corazón que es correcto.

21. Deja de hacer las mismas cosas una y otra vez sin descanso. – El momento para tomar un profundo respiro es cuando no tienes tiempo para ello. Si sigues haciendo lo que estás haciendo, seguirás consiguiendo lo que estás recibiendo. A veces es necesario tomar distancia para ver las cosas con claridad.

22. Deja de pasar por alto la belleza de los pequeños momentos. – Disfruta de las pequeñas cosas, porque un día puedes mirar hacia atrás y descubrir que eran las cosas grandes. La mejor parte de tu vida serán los pequeños momentos, aquellos que pasas riendo con alguien que te importa.

23. Deja de intentar hacer las cosas a la perfección. – El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, premia a las personas que logran terminar las cosas.

24. Deja de seguir el camino de menor resistencia. – La vida no es fácil, especialmente cuando se piensa en lograr algo que vale la pena. No tomes el camino más fácil. Haz algo extraordinario.

25. Deja de actuar como si todo está bien si no lo está. – Está bien desmoronarse por un rato. No siempre tienes que pretender ser fuerte, y no hay necesidad de demostrar constantemente que todo va bien. No debes preocuparte de lo que piensan los demás. Llora si es necesario – es saludable derramar tus lágrimas. Cuanto antes lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo.

26. Deja de culpar a otros por tus problemas. – La medida en que puedes alcanzar tus sueños depende de la medida en que tomas la responsabilidad de tu vida. Al culpar a otros de lo que está pasando, niegas tu responsabilidad – le das a otros poder sobre esa parte de tu vida.

27. Deja de intentar ser todo para todos. – Hacerlo así es imposible y al intentarlo sólo te quemarás. Sin embargo, hacer sonreír a una persona puede cambiar el mundo. Tal vez no a todo el mundo, pero sí su mundo. Así que afina tu objetivo.

28. Deja de preocuparte tanto. – Preocuparte no te liberará de las cargas de mañana, sino que te alejará de la alegría que tiene el día de hoy. Una forma de comprobar si hay algo sobre lo que vale la pena reflexionar es hacerte la siguiente pregunta: “¿Este asunto importará dentro de un año? ¿Tres años? ¿Cinco años?”. Si no, entonces no vale la pena preocuparse.

29. Deja de centrarse en lo que no quieres que suceda. – Concéntrate en lo que sí quieres que suceda. El pensamiento positivo está a la vanguardia de cada gran historia de éxito. Si te despiertas cada mañana con la idea de que algo maravilloso va a suceder en tu vida hoy, y prestas mucha atención, a menudo te darás cuenta de que tienes razón.

30. Deja de ser ingrato. – No importa cuán bien o mal lo pasas, despierta cada día agradecido por tu vida. Alguien más en algún lugar está luchando desesperadamente por los suyos. En lugar de pensar en lo que te estás perdiendo, trata de pensar en todo lo que tú tienes y que los demás se están perdiendo.

Escrito por Cristian Illanes – weikap.com

domingo, 23 de febrero de 2014

Conflictivo y desobediente: afrontando a tu hijo

http://www.elportaldelhombre.com/con-hijos/item/127-conflictivo-y-desobediente-afrontando-a-tu-hijo

Conflictivo y desobediente: afrontando a tu hijoFotografía Manuel Bono http://www.bonofotografia.com
Un padre puede enfrentarse a varios obstáculos en lo que respecta al comportamiento de su hijo. Entre los más importantes cabe destacar dos: la desobediencia y el incumplimiento de normas por un lado, y la conflictividady la aparición de problemas por otro.

Conoce a tu hijo para poder afrontar correctamente su personalidad

Teniendo en cuenta estos dos grandes aspectos de la conducta, un niño puede generar más atención en uno de ellos, o, en el peor de los casos, en ambos. Por ello es importante conocer qué debilidad conductual tiene tu hijo para así saber cómo afrontar la situación correctamente. Según estas dificultades, el niño puede ser:

El obediente protestón

Es el niño que protesta, que discute y que se niega a realizar la conducta que no le gusta y se le pide hacer, pero acaba obedeciendo y realizándola. En muchas ocasiones, refunfuña mientras hace la conducta, por ejemplo, quejándose que siempre le toca a él hacer ciertas tareas de la casa mientras está yendo a hacerlas. El principal objetivo de su protesta es la atención de los padres para así poder tener la opción de librarse de la tarea, por lo que como padres hay que ignorar esta queja, sin contestar. Una vez la tarea esté ordenada, no hay más que decir, se deja de prestar atención a sus protestas, pero no hay que olvidarse de reforzar que haya cumplido, prestando atención ahora sí a su conducta adecuada, y agradeciendo que lo haya hecho. 

El pasota incumplidor / El desobediente independiente

Al contrario que el primero, este niño no protesta, no crea conflictos; de hecho, suele ir muy a la suya. El problema es que tampoco obedece cuando se le pide algo, muy acorde a su pasotismo y desinterés. Muchas veces el problema es que el niño no sabe cómo llevar a cabo la tarea encomendada, la ve complicada o no presta atención, por lo que habría que ser muy precisos a la hora de mandar las tareas, que sean breves y concretas y expliquen exactamente y paso a paso lo que queremos conseguir. Pero no hay que olvidar que deben ser realistas para el niño, que sea capaz de cumplirlas. Y como en el punto anterior, habría que reforzar el cumplimiento de la norma, y en caso de que desobedezca, se le deberá privar de algo reforzante con el fin de que aprenda la conducta adecuada. 

El agresivo desafiante

Por último, éste es el niño que no solo no obedece, sino que es muy agresivo a la hora de protestar, y desafía cualquier norma que se le intente aplicar. Se deben aplicar los métodos antes explicados, pero también sería indicado crear un clima de comunicación no conflictivo, intentando que el niño se sienta entendido. De esta forma, plantear el conflicto de manera positiva y clara, de forma que implique una colaboración por su parte, sin descalificar, y llegar a un acuerdo mutuo tras la negociación de varias soluciones por parte de ambos, sin permitirse réplicas ni juicios. 
Evidentemente, los casos aquí expuestos son muy generales y habría que especificar más en cada caso concreto. Aun así, las pautas mostradas son las esenciales para que el niño pueda realizar las conductas adecuadas. 
En definitiva, lo más importante es conocer a tu hijo para saber entenderle y, una vez así, poder enseñarle

sábado, 22 de febrero de 2014

¿QUÉ ES UN SECUESTRO EMOCIONAL?

Desde: http://somospsicologia.blogspot.com.es/2013/12/el-secuestro-emocional.html

Edvard Munch, El grito.
Tomemos esta conocida obra de Munch como punto de partida. En ella se condensa en una sola imagen, de gran fuerza expresiva, el miedo y el dolor desgarrador de un alma atormentada. Munch realiza un retrato interno de la locura y la angustia existencial de su propia mente y hace brotar de su espacio anímico interior un alarido horroroso que desfigura el paisaje y hace gritar a la naturaleza misma. El cielo ensangrentado y los contornos retorcidos son la expresión del estado psíquico desquiciado de un sujeto que se atreve a mirar directamente al espectador, como si buscara su auxilio. Con el paso del tiempo, El grito se ha convertido en un icono universal del terror y la desesperación, pero también de la neurosis occidental de la que todos formamos parte.
Quizá El grito sea una imagen excesiva para representar un secuestro emocional, pero en cierta manera ilustra de manera muy gráfica la pérdida transitoria de control racional que se produce cuando la amígdala (el centro de operaciones de nuestro cerebro emocional) toma el control del resto del cerebro y nos obliga a manifestar conductas demasiado impulsivas que luego nos pueden pasar factura una vez que la tormenta emocional deja paso a la calma. La intensidad de los secuestros emocionales, además, en ocasiones puede ser desmesurada y, en dichos casos, la expresividad de quienes sufren estos secuestros emocionales, puede llegar a ser muy similar a la figura retratada por Munch. Sin embargo, no siempre la intensidad de un secuestro por la amígdala consigue llevarnos a un estado similar a un acceso de locura. Parece más bien ser una cuestión de grado y, por consiguiente, en una intensidad moderada, podría ser un problema más habitual de lo que creemos y por eso mismo pasar desapercibido...

Los secuestros emocionales, en efecto, son fenómenos del comportamiento que suceden con cierta frecuencia en nuestras relaciones con los demás, y por desgracia, traen consigo efectos muy poco deseables. Detrás de ellos se esconden las causas secretas de un gran número de rupturas, despidos, temeridades, crímenes, arrepentimientos, desdichas y enfermedades, entre otras cosas. Los secuestros emocionales hacen que las emociones más destructivas y viscerales broten en nosotros y se propaguen más allá de los muros de la propia consciencia, como si fueran un fantasma que atraviesa una pared y deja a su paso un sendero de caos y destrucción.
Pero, ¿cómo podemos identificar un secuestro emocional? Y más importante todavía, ¿cómo podemos aprender a evitarlos? A continuación, vamos a tratar de responder a estas preguntas.

RECONOCER UN SECUESTRO EMOCIONAL
Si queremos aprender a evitar los secuestros emocionales, lo primero que tendremos que hacer es saber identificarlos. Si ni tan siquiera sabemos reconocerlos, entonces difícilmente podremos actuar sobre ellos para que no se produzcan. Por tanto, vamos a tratar de caracterizarlo para saber cuándo estamos bajo el influjo de la amígdala.
Generalmente se produce en nosotros una reacción repentina que viene acompañada de una emoción muy fuerte que nos invade, y al mismo tiempo notamos como aumentan nuestra temperatura corporal y nuestras pulsaciones. Algunas personas también pueden llegar a sentir opresión en el pecho, palpitaciones y ansiedad, lo cual nos indica el grado de tensión y el despliegue energético al que el organismo se ve sometido en cuestión de segundos. No hace falta decir que, por supuesto, las consecuencias para muestra salud pueden llegar a ser devastadoras, sobre todo si estos secuestros tienen lugar de manera habitual y son de gran intensidad. Durante el secuestro por la amígdala, también tendremos quizá la sensación de que nuestros pensamientos son inoperantes frente a la emoción que nos domina, como si nuestra razón fuese siempre un paso por detrás de nuestras propias acciones. Estamos, pues, bajo el control de la amígdala, y por lo tanto, nuestro comportamiento va a ser muy infantil e impulsivo. Lo más probable es que la ira sea la emoción que terminará por tomar las riendas de nuestra conducta, y ya sabemos todos cuál será el resultado de multiplicar un cuerpo cargado de energía por una emoción negativa que nos domina, a saber: gritos, insultos, portazos, objetos rotos, violencia... Finalmente, la última fase del secuestro emocional es el cansancio, la desorientación y el arrepentimiento. Una vez que se ha producido la descarga, quedamos física y mentalmente agotados, pero para cuando nuestra parte racional comienza a recuperar el control y a analizar lo sucedido, ya es demasiado tarde para deshacer los acontecimientos. Llega entonces el momento de formularse las clásicas preguntas interiores: "¿pero qué he hecho?", "¿cómo he podido llegar tan lejos?", o, "¿qué ha pasado?".
Bien, ahora ya sabemos reconocer cuando se produce en nosotros un secuestro emocional: tendemos a realizar acciones bruscas y repentinas, una fuerte emoción nos invade, aparecen ciertas señales fisiológicas en nuestro cuerpo, y, finalmente, tras la explosión inevitable, terminamos agotados, confusos y arrepentidos de lo que hemos hecho o dicho. Como podemos imaginar, saber identificar a tiempo un secuestro emocional, resulta imprescindible para tratar de impedirlo (para ganar tiempo para que nuestras neuronas inhibitorias puedan controlar el impulso), o para alejarnos de la circunstancia que provoca en nosotros la tensión desencadenante (si nos vemos incapaces de refrenar la emoción que nos embarga).


CONTROLAR NUESTRO TEMPERAMENTO
Una vez que ya sabemos identificar un secuestro emocional, ahora de lo que se trata es de aprender alguna técnica que nos ayude a no perder el control racional de nuestra conducta. O dicho de otra forma, debemos aprender a controlar nuestro temperamento. Parece fácil de decir, pero no es sencillo de hacer, y como casi todas las cosas en la vida, es necesario practicarlo y ser perseverantes. Como ya señalara Aristóteles hace 25 siglos, para cambiar nuestro comportamiento y hacernos mejores, tenemos que practicar, es decir, debemos de repetir una y otra vez las mismas acciones en la buena dirección hasta crear un hábito que, sostenido en el tiempo, se convertirá en virtud.



En este dibujo que he diseñado podemos ver de manera muy gráfica y sencilla los pasos que debemos seguir para poder controlar nuestro temperamento. Esta idea del semáforo puede resultar muy útil sobre todo para los más pequeños. Sería muy útil que en todas las aulas de los colegios e institutos hubiese una cartulina con una representación similar, pues sin duda uno de los aspectos que más falta hace en educación es el desarrollo de la inteligencia emocional.

En el dibujo de arriba tenemos un esquema simplificado de los pasos a seguir en caso de empezar a perder el control. No obstante, a continuación vamos a ver un método algo más complejo. Esta técnica que voy a tratar de explicar en sus diferentes fases la he extraído del libro de Daniel Goleman, Inteligencia emocional. Según este autor, si queremos tomar el control de nuestro temperamento (TAKING CONTROL OF YOUR TEMPER) frente a un secuestro emocional, debemos de seguir los siguientes pasos, a saber:
1. OBSERVATE A TÍ MISMO (WATCH YOURSELF). Durante una semana aproximadamente vamos a tratar de averiguar cuándo se altera nuestro temperamento. Es decir, que vamos a observarnos a nosotros mismos para saber en qué situaciones y con qué personas tienen lugar los secuestros emocionales. Si queremos lo podemos anotar en una libreta.
2. ENCUENTRA UN MODELO (FIND A MODEL). Ahora que ya sabemos las circunstancias que desencadenan en nosotros los secuestros por la amígdala, vamos a elegir un modelo de persona que pueda manejar las mismas situaciones sin perder el control. Si lo creemos necesario podemos incluso realizarle una pequeña entrevista para averiguar cómo es capaz esta persona de controlar su impulsividad. También puede resultar interesante practicar mentalmente el modo en que solucionaremos nuestro déficit de control imitando la manera en que nuestro modelo lo hace.
3. NOTA LAS SEÑALES (NOTICE SIGNALS). En tercer lugar, va a ser muy importante que empecemos a familiarizarnos con las señales que aparecen en nuestro cuerpo cuando comienza a desencadenarse el secuestro emocional. ¿Qué es lo que notamos? ¿Notamos ardor en el estómago? ¿Notamos tensión en el cuello y la espalda? ¿Apretamos los dientes y los puños? ¿Se nos arruga la frente? Etc. Es importante ser consciente de estos cambios fisiológicos que suceden en nuestro cuerpo, porque serán una buena referencia a la hora de determinar el momento en que va a tener lugar un secuestro emocional.
4. CORTOCIRCUITA EL SECUESTRO (SHORT CIRCUIT THE HIJACK). En el momento en que notemos esas señales que son como la antesala del secuestro emocional, tenemos que provocar un cortocircuito en el sistema para que la amígdala no tome el control y anule nuestra razón. Es decir, tenemos que detener a toda costa el desenlace de acontecimientos. Debemos detenerlo y calmarnos. Podemos, por ejemplo, contar hasta 10 respirando profunda y pausadamente, aunque parezca una tontería le proporcionará tiempo a nuestro cerebro racional para inhibir en la medida de lo posible la impulsividad emocional. Podemos también pensar en nuestro modelo de persona que hemos elegido para estos casos, y sorprendernos a nosotros mismos actuando tal y como él lo haría. En cualquier caso, tenemos que ser conscientes de que dejándonos arrastrar por el secuestro emocional sólo vamos a empeorar las cosas y repetir de manera automática un modo de conducta que nos perjudica. Se me ocurre también que quizá la siguiente famosa cita de Aristóteles podría ser de utilidad si la aprendemos y la repetimos mentalmente:
"Cualquiera puede enfadarse --dice Aristóteles--, eso es muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado adecuado, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, ya no resulta tan sencillo".
5. REPITE LOS PASOS (REPEAT STEPS). Por último, en cada oportunidad que se nos presente, volveremos a repetir los mismos pasos, hasta adquirir el hábito de hacerlo automáticamente. Esto es muy importante porque el cerebro aprende a base de repetición, es decir, que cuanto más repetimos estos pasos más se reforzará el circuito neuronal subyacente. Y por supuesto, si fracasamos en nuestros primeros intentos, no por ello tenemos que desistir, sino que lo importante es aprender de nuestros errores y seguir mejorando.

Esta técnica, evidentemente, se puede y se debe reforzar con otras prácticas, sobre todo si somos propensos a sufrir esta clase de alteraciones emocionales que tanto perjudican nuestra convivencia y nuestra salud, así como la de los que nos rodean. Las personas con estas tendencias, si no le ponen remedio, tienen muchas más posibilidades de sufrir enfermedades graves de diversa índole (enfermedades cardiovasculares, del aparato digestivo, inmunológicas, etc.). Asimismo, también tienen más posibilidades de terminar divorciados, perder el empleo, terminar en prisión o, en fin, ser socialmente inadaptados e infelices.
La clave está en darse cuenta de que no podemos cambiar lo que vamos a sentir o lo intensa que será la emoción que nos sacuda, pero sí podemos practicar el modo en que reaccionaremos. Cuando no podemos cambiar la causa que nos provoca el secuestro emocional, cuando no podemos cambiar el modo de percibir lo que nos sucede, aún entonces, siempre podremos entrenar la forma en que nuestro cuerpo y nuestra mente reacciona. Al respecto, quizá la práctica más efectiva sea la meditación en sus muy diferentes variables. El yoga, el mindfulness o el taichi, por ejemplo, son artes orientales que nos enseñan a centrar nuestra atención en la respiración y en el cuerpo. La práctica habitual de estas técnicas tiene resultados sorprendentes, pues favorecen la adquisición de la calma y nos enseñan a fre
nar nuestra impulsividad.

viernes, 21 de febrero de 2014

El poder del "sueldo emocional"

Imagen¿Conocéis a alguien que últimamente haya dejado un trabajo bien pagado para “hacer algo que le gusta”?
¿Os habéis encontrado con alguien que ha pedido una excedencia en su trabajo para poder “cambiar de aires”?
¿Os parece lógico que haya gente prejubilada prematuramente que quiera trabajar, aunque sea con un sueldo simbólico, para seguir aprendiendo, para tener un reto intelectual, para contagiarse de un equipo entusiasta con una idea?
¿Habéis encontrado alguna vez un amigo que ha dejado su jaula de oro en algún trabajo para volver a ponerse a prueba, a retarse a sí mismo?
¿Te parece ciencia ficción que alguien deje un trabajo seguro en los tiempos que corren?
Afortunadamente, por mi trabajo, tengo la suerte de estar rodeado siempre de colaboradores, clientes y amigos que no tienen miedo a cambiar de trabajo porque creen firmemente que la seguridad profesional no se consigue aferrándose a supuestas conquistas profesionales sino precisamente poniéndose a prueba en todo momento, manteniéndose al día como mejor estrategia de mejora y supervivencia.
Y cada vez más, parece que precisamente este tipo de gente, que no le tiene tanto miedo al cambio, al reto, al aprendizaje continuo, a abandonar un supuesto status de seguridad y reconocimiento, son precisamente quienes, cuando cambian de trabajo, menos importancia dan a su próximo sueldo.
Y es que, siguiendo la didáctica pirámide de Maslow, pareciera que el trabajo sólo debe aportarnos dinero y éste ser meramente el medio para cubrir las necesidades básicas de los primeros escalones de dicha pirámide.
Pero el trabajo, al igual que la familia, o la educación, o el ocio, son ejes transversales que todos ellos contribuyen en cualquiera de los escalones de nuestra jerarquía de necesidades.
El trabajo, además de dinero, nos aporta (o no) amigos con los que compartimos mucho tiempo de nuestras vidas; nos aporta (o no) la sensación de pertenencia a un proyecto o una identidad común; nos hace identificarnos (o no) con valores profesionales y personales; nos hace crecer (o no) hacia un objetivo profesional en el que queramos vernos dentro de unos años (o no).
Por ello, cada vez más gente, cuando define un siguiente paso profesional, relativiza su retribución económica respecto a otras formas de retribución: retos intelectuales, proyectos interesantes por su contenido o por su impacto en los demás, gente de la que rodearse para aprender y con la que complementarse; ambiente y estilo de trabajo; libertad y autonomía para dar nuestro toque personal al trabajo que hacemos…
Si vemos las 4 empresas de mayor capitalización bursatil en USA en este momento, veremos que 3 de las 4 están basadas en conseguir atraer, retener, motivar a “gente con talento”. Y que lo que vincula a esta gente con talento con la empresa es la existencia de otra gente con talento y de proyectos y entornos pensados para desarrollar dicho talento.
Como empresa de la nueva economía del siglo XXI, cuando quieres tener a los mejores “cerebros de obra” y no “mano de obra” y sólo tienes dinero para ofrecer estás empezando a entrar en problemas. En mi sector (ingeniería, software, etc) tengo más que comprobado que los proyectos salen bien exclusivamente por tener a gente con capacidad y con compromiso. La personas con mayor capacidad no se “reclutan” si no que se convencen gracias a otra gente con talento. Y el compromiso “no se compra” sino que se construye, como las emociones, por contagio.
Por eso, las empresas pequeñas o medianas tenemos una enorme oportunidad sobre las grandes en este momento y todos los días vemos ejemplos de sectores que se remodelan destronando a grandes jugadores por la iniciativa de alguien “pequeño”.
Mirad donde lleva a cualquier gran empresa confundir a las personas con recursos. Probad a reclutar personal experto en tecnología utilizando el modelo “superlopez” de la compra de suministros.
Y es que los pequeños y los medianos ;-) todavía tenemos “alma” de empresa, somos capaces de compartir con nuestros colaboradores (o trabajadores) proyectos en común, proyectos a la medida de lo que todos queremos construir…y podemos pagar a todos nuestros colaboradores mucho más que la competencia gracias a una moneda (emocional) que se cultiva y se desarrolla en organizaciones con ideales y que desgraciadamente escasea enormemente en las grandes corporaciones.

jueves, 20 de febrero de 2014

LA CLAVE DE LA FELICIDAD

Esta es una de las últimas conferencias TED subtituladas al castellano. Está impartida por David Steindl-Rast, un monje católico benedictino que destaca por su activa participación en el diálogo entre religiones y su trabajo sobre la interacción entre la espiritualidad y la ciencia.
Este monje parte en su conferencia de un deseo común a todo ser humano: ser feliz. Para él, la felicidad está directamente relacionada con la gratitud. Debemos dar gracias por cada momento que seguimos vivos porque es una oportunidad para disfrutarlo:

La vida es una sucesión de momentos. Unos mejores que otros, pero todos nos brindan una oportunidad de hacer algo con ellos; incluso los malos momentos nos regalan la oportunidad de superarnos a nosotros mismos (todo un reto). Un momento difícil nos puede brindar la oportunidad de aprender a ser más pacientes, por ejemplo.

Si estamos agradecidos por cada oportunidad que nos brinda cada uno de esos momentos, seremos más felices.

Os dejo con esta conferencia que sirve muy bien para reflexionar acerca de lo que verdaderamente importa en esta vida y espero que te ayude a saber apreciar un poco más cada momento que te regala la vida:






miércoles, 19 de febrero de 2014

Informes psicológicos periciales


Desde: http://psicologaamparocalandin.blogspot.com.es/2014/02/peritajepsicologicovalencia.html

La psicología Forense es el área de la Psicología Jurídica, que pretende esclarecer la conducta y estado psicológico de las personas implicadas en una investigación policial y/o proceso judicial, mediante la exploración y explicación de fenómenos como: las características estructurales y dinámicas de la personalidad de una víctima o acusado, las conductas desviadas desde un enfoque psicopatológico, evaluar la validez o no en el cuidado de un progenitor, etc.

El Psicólogo Forense debe establecer unos objetivos en la evaluación, y mediante distintas herramientas, obtener datos veraces y elaborar un informe que será emitido al juzgado. La labor del psicólogo es esforzarse en traducir los conocimientos psicológicos para que sean entendibles y útiles desde el punto de vista legal. 

Estos conocimientos y resultados son trasmitidos ante el juez mediante los resultados de pruebas psicométricas, entrevistas y otros datos que ayudaran a explicar los datos obtenidos. De esta forma conseguiremos argumentos sólidos, verídicos y fiables.

¿Qué temas abarca la psicología forense?

DERECHO CIVIL - FAMILIAR

- Derecho de familia: guarda y custodia, patria potestad, etc.

- Incapacitaciones totales o parciales civiles.

- Sucesiones y herencias: capacidades testamentarias.


DERECHO LABORAL

- Incapacitación e invalidez laboral.

- Acoso psicológico en el contexto laboral, "Mobbing".


DERECHO PENAL

- Evaluación psicológica de la imputabilidad e inimputabilidad de los acusados: psicopatología forense, drogadicción, alteración de la capacidad intelectual.

- Evaluación secuelas psicológicas de las víctimas: secuelas psicosociales y secuelas neuropsicológicas.

- Valoración psicológica del maltrato físico, psíquico y el abuso sexual en menores.

- Acoso psicológico en contexto escolar, “Bullying”.

- Evaluación de los testigos: exactitud y credibilidad del testimonio, factores perceptivos y memorísticos.

- Asesoramiento psicológico forense a abogados y selección de jurados.

- Predicción de comportamiento violento.


DERECHO CONTENCIOSO - ADMINISTRATIVO

- Minusvalías no contributivas.

- Evaluaciones psicológicas en sistemas de valoración y/o calificación de procesos de selección o ascenso de personal que realizan las administraciones públicas.

- Reclamaciones en incapacidades laborales o concesiones de pensiones de funcionarios de administraciones.


¿Necesitas un peritaje psicológico?

Un peritaje psicológico, como ya hemos dicho, es una herramienta muy valiosa en juicios civiles, familiares y penales, ya que es probable que un peritaje sea decisivo en la toma de decisión del juez, sobre todo cuando se utiliza de manera eficiente.

La eficacia de un peritaje psicológico se logra teniendo un equipo de trabajo serio y comprometido.

martes, 18 de febrero de 2014

Toma de decisiones: ¿Qué estrategia usamos?



A la hora de tomar decisiones, las personas tenemos dos estrategias posibles. Una consiste en comparar las opciones disponibles y elegir la que creemos que es la mejor. La otra es evaluar cada opción en forma individual y escoger la que consideramos más ventajosa.

decisiones estrategia

Estas estrategias se utilizan en diferentes circunstancias, por ejemplo, los expertos son más propensos a evaluar las opciones de forma individual, mientras que las personas con menos experiencia tienden a comparar las opciones.

La razón por la cual la comparación ayuda más a los inexpertos, es que es más fácil evaluar las opciones cuando se están comparando con alternativas similares.

Imagine que usted tiene en sus manos un diccionario, el cual consta de 60 mil definiciones... ¿es un buen número para un diccionario esa cantidad de definiciones?
Si usted es un experto en diccionarios, podría saber si tal cantidad es un buen número para un diccionario. Pero como la inmensa mayoría de nosotros no somos expertos en diccionarios, no podríamos afirmarlo con exactitud.
Ahora supóngase que usted consigue otros dos diccionarios, uno de ellos tiene 30 mil definiciones y el otro 50 mil. En ese caso y comparándolo con los otros dos, estaríamos en condiciones de afirmar que el primer diccionario tiene una buena cantidad de definiciones.

Comparar genera más confianza en las personas inexpertas
Una investigación realizada por un equipo de psicólogos de la Universidad de Colonia (Alemania) muestra que cuando la gente compara opciones, se muestra más confiada en sus elecciones.
Los profesores citaron a 30 estudiantes para participar en la investigación, a quienes dividieron en dos grupos. A los integrantes del primer grupo se les otorgó un dibujo dividido en dos mitades muy similares, estas personas debían señalar los puntos comunes y las diferencias entre las mitades de la imagen. Lo que los estudiantes no sabían es que esta es una técnica que consigue, en forma fiable, condicionar a la gente para realizar comparaciones en tareas posteriores.
Al segundo grupo no se le mostró ninguna imagen.
Más tarde, después de la prueba con la imagen, a los estudiantes de los dos grupos se les muestran tres marcas de teléfonos celulares (marca A, B y C), con sus respectivos atributos.
En un paso posterior, se les muestran un número de atributos de los teléfonos y se les pregunta si esas características pertenecen a la marca B.
Con cada respuesta, a los estudiantes se les permitió hacer una apuesta entre 0 y 10 Euros, en función de que tan seguros estaban de su respuesta.
Los resultados arrojaron que los estudiantes que hicieron la primera prueba (la de la imagen doble) apostaron un 45% más de dinero.
Esto demostró que las personas que estaban condicionadas para hacer comparaciones tenían más confianza en sus evaluaciones sobre los atributos de los teléfonos, en comparación de los estudiantes que no participaron en la prueba del dibujo.

A pesar de la diferencia de confianza, los estudiantes condicionados para hacer comparaciones, no fueron más precisos en sus valoraciones que los estudiantes del segundo grupo.

Conclusión
Es muy probable que muchas de las decisiones que todos tomamos, sean en base a comparaciones. Como hemos visto, esas comparaciones aumentarán su sensación de confianza en la decisión.
Por lo tanto, es necesario reconocer que al menos una parte de esa confianza, proviene de la forma en que se hizo la elección.