sábado, 8 de marzo de 2014

INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA NIÑOS

En el colegio tradicional, se consideraba que un niño era inteligente cuando dominaba las lenguas, las matemáticas, la biología, la historia... Pero en el siglo XXI esta visión ha entrado en crisis por dos causas. 

Primera, se ha comprobado que la inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el éxito profesional.  Los abogados que ganan más casos, los médicos más prestigiosos y visitados, los profesores más brillantes, los empresarios con más éxito, los gestores que obtienen los mejores resultados no son necesariamente los más inteligentes de su promoción. Son los que supieron conocer sus emociones y cómocontrolarlas de forma correcta para que complementaran su inteligencia. Son los que cultivaron las relaciones humanas y los que conocieron los mecanismos que motivan y mueven a las personas. 

Segunda, la inteligencia no garantiza el éxito en nuestra vida cotidiana. El cociente intelectual (CI) de las personas no contribuye a nuestro equilibrio emocional ni a nuestra salud mental. Son otras habilidades emocionales y sociales las responsables de nuestra estabilidad mental y emocional, así como de nuestro ajuste social y relacional.

Por todo esto la sociedad se ha hecho la pregunta: ¿por qué es tan importante aprender a controlar las emociones desde la infancia?

¿Qué es la inteligencia emocional?

Hace muy poco hablamos de qué era la inteligencia emocional y qué cualidades englobaba pero vamos a hacer un pequeño recordatorio.

Se emplea el termino Inteligencia Emocional para describir cualidades emocionales como: La empatía, la expresión y comprensión de los sentimientos propios y ajenos, el autocontrol, ser autónomos, la tolerancia a la frustración, la resolución de problemas, la amabilidad, el respeto, las habilidades sociales...

¿Por qué enseñar estas habilidades a los niños?

Mi opinión profesional es qué damos por hecho que estas cosas se aprenden sobre la marcha pero en realidad no es así.

La educación emocional surge como una respuesta educativa a una serie de necesidades que se dan en la sociedad actual: ansiedad, depresión, problemas de disciplina, violencia, drogadicción, trastornos de la alimentación... Investigaciones recientes sobre esta temática han demostrado que ser “analfabetos emocionalmente” tiene efectos muy negativos sobre las personas y sobre la sociedad.

El desarrollo y comprensión de las emociones en los niños es un proceso continuo y gradual de aprendizaje que va de las emociones simples a las más complejas. Los niños van cambiando sus estrategias para poder enfrentarse a las distintas experiencias que viven a través del control de las emociones, pues el niño se enfrenta mejor a sus emociones a medida que va comprendiendo sus causas y consecuencias.

Uno de los lugares principales para el desarrollo de la educación emocional es el colegio, y es que “el periodo escolar se considera fundamental en la vida del ser humano".

El colegio, a través de todos los agentes implicados (profesores, tutores, orientadores...) contribuye a configurar la personalidad del niño, puesto que los alumnos pasan mucho tiempo en el. Pero es muy difícil que los agentes implicados trabajen todos estas habilidades en profundidad puesto que tienen que impartir todas las materias establecidas, por eso, en muchos colegios se están estableciendo programas de inteligencia emocional como actividades extraescolares, ya que, el aprendizaje social y emocional no puede darse de forma no planificada y espontánea, sino que debe aplicarse de forma rigurosa y controlada, de acuerdo a parámetros científicamente controlados.

De todo lo anterior, se deduce que la educación no puede reducirse sólo a lo puramente académico, sino que ha de abarcar otras dimensiones “cognitiva, afectivo-emocional, moral”, para que se potencie el sano equilibrio entre los aspectos de la persona (mente, cuerpo, relaciones sociales) y se dé la oportunidad de conocer y expresar, las distintas potencialidades que cada persona tiene.

Por: Amparo Calandín - Psicóloga clínica