¿Qué beneficios nos aportan las vacaciones de verano?
Las
vacaciones de verano suponen para cualquier persona un tiempo de
desconexión necesario tras la rutina que supone el trabajo, los
estudios, etc. Aportan significativos beneficios tanto físicos como
psicológicos que influiran de forma positiva en la posterior vuelta a la
rutina, ya que, nos van a permitir recargar las energías y recuperar
fuerzas para iniciar un nuevo período. Entre los beneficios más
importantes cabría destacar que son un medio excelente para superar la
ansiedad y dejar atrás las tensiones estresantes.
La
forma más beneficiosa de disfrutar de las vacaciones sería tomarlas en
breves períodos de tiempo varias veces al año, ya que,sufriríamos menos
trastornos y problemas si tomáramos descansos más frecuentes de tiempos
más cortos. Como esto anterior es complicado, por no decir imposible,
repartirse las vacaciones en varios períodos a lo largo del año sería lo
más conveniente de duración de 10-12 días es perfecto, ya que, es un
tiempo suficiente para desconectar pero no tan largo para que la vuelta
al trabajo sea complicada y difícil.
Durante
las vacaciones es muy importante intentar vivir el "aquí y ahora"
disfrutar el momento, pensar en otras cosas y realizar otro tipo de
actividades e intentar no llevarse los problemas estos días para que
realmente el descanso sea reparador y seamos capaces de volver a la
rutina con las pilas cargadas y renovados para retomar las obligaciones y
responsabilidades con mayor entusiasmo, compromiso y motivación.
Síndrome postvacacional
El
síndrome postvacacional sí que existe, aunque, es cierto que afecta más
a unas personas que a otras, de la misma forma, que es variable su
duración pero no suele ser superior a un mes. No es ninguna enfermedad,
sino más bien un proceso emocional normal, más o menos negativo en
cuanto a que se relaciona con la satisfacción personal que cada uno
obtenemos del trabajo. Consta de un conjunto de alteraciones emocionales
y físicas que aparecen a la vuelta al trabajo, tras largos periodos de
descanso. Entre los síntomas emocionales destaca la ansiedad, la
antipatía, la desgana, la tristeza, características bastante parecidas a
las que puede tener una persona con depresión.
Los
síntomas fisiológicos más frecuentes son las dificultades para dormir,
el cansancio continuo, dolores de cabeza frecuentes, malestar general en
forma de tensión muscular o dolores gástricos.